domingo, 26 de octubre de 2008

Apocalipsis 12, escena 4

La cuarta escena de Apocalipsis 12 muestra al dragón haciendo guerra contra el resto de la descendencia de la mujer. Aparentemente, no se dice si esta descendencia está ubicada en el desierto, en el cielo, en el mar o en la tierra. Si se sigue la referencia del Antiguo Testamento podría encontrarse una pista, la generación que salió de Egipto murió en el desierto y su descendencia entró a Canaán.




Desde sus orígenes, los Adventistas del Séptimo Día han percibido la entrada a Canaán como una escena futura que ha de ocurrir en ocasión de la segunda venida de Cristo. De hecho, se habla de una "Canaán celestial" en nuestro himnario y en nuestros sermones, y se hace caso omiso en que este código lingüístico es inexistente en la Biblia. Conviene recordar que tanto San Pablo como San Juan hacen referencia a la Nueva Jerusalén, por ninguna parte se menciona "Canaán Celestial".



Así que, al admitir que el tiempo de sufir el desierto finalizó en 1798 y que el destino post-desierto es Canaán, podría concluirse que el resto de la descendencia de la mujer debería estar viviendo en una "Canaán espiritual" en tanto marcha rumbo a una "Jerusalén celestial". La "Canaán espiritual" no es un evento futuro, es una vida presente a partir de 1798.





El "resto de la descendencia de la mujer" de Apocalipsis 12 entra a "Canaán espiritual" para hacer en términos evangelísticos lo que la descendencia de Israel entró hacer a Canaán en antaño: CONQUISTAR!





Bendiciones!

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